viernes, 13 de enero de 2012

sí, harta...

Harta de que las cosas no salgan como quiero. De aferrarme a las cosas como si el mundo se fuera acabar después de soltarlas. Harta de dar sin recibir nada a cambio. De esperar más de la gente simplemente porque yo daría más. De tíos que te dicen hoy te quiero y mañana como si nunca hubiesen hablado. Harta de la gente que te juzgan sin conocerte. Muy harta de todas las putas, zorras y lagartas… Harta de estar buscando mi media naranja, a partir de ahora saldré con limones. Y sobre todo, y lo más que me cansa, es que estoy harta de que me digan: “Olvídate de él” Joder, ¿no ven que no puedo? Y es que nadie, absolutamente nadie -aparte de mí- sabe lo que siento por ti. Lo que sufro. Lo mal que lo he pasado y lo sigo pasando. Nadie sabe cómo me siento cuando estoy 1 o 2 semanas sin hablar contigo, sin saber nada de ti. Nadie sabe cómo me siento cuando me hablas, cuando me preguntas ¿Qué tal?, cuando me dices: “¿dónde estás? ¿Te apetece que nos veamos?”. Nadie sabe cómo me sentí en el último beso que te di. Y mucho menos saben cómo siento cada vez que lo recuerdo. Cada vez que recuerdo ese “te quiero” al oído (me recorre un “no se qué” por todo el cuerpo que me hace temblar hasta las pestañas, unas ganas de abrazarte como esa vez y no volverte a soltar, unas ganas de… de… eioewfewmgx, inexplicable sensación.) Nadie sabe las ganas que tengo de volverte a tener a mi lado, y de que esta vez salga perfecto. Porque sé que el error fue mío, no sé ni cuantas veces ni como pedirte perdón. Suelen decir que el tren sólo pasa una vez, pero yo les digo: el tren sólo pasará una vez, pero por varias paradas… asi que correré con todas mis fuerzas hacia la siguiente y allí no lo dejaré escapar.

amar es otra cosa

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