domingo, 16 de octubre de 2011

Cada día tenemos un objetivo, algo que esperamos a que suceda con ansias, que contamos los días, las horas o minutos para que pase. Desde ver a una persona que hace muchísimo tiempo que no la ves, hasta volver del colegio tras un largo e intenso día. Finalmente, cuando ese objetivo se cumple, después de haber esperado tanto, nada cambia. Bueno, sí, surge un nuevo objetivo. Y así son todos los días, idénticos, dejando pasar las horas como si fuesen los anuncios que nos obligan a ver mientras esperamos que nuestro programa favorito empiece.

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